En la edición de hoy impresa de Diario de Navarra seguimos dando pasos en #Navarra para #AutismoInclusion
Gracias Victoria Perales Davies mamá de la Junta de la Asociación Navarra de Autismo – ANA #DiaEuropeoAutismo2015
No vamos a parar de pedir los recursos necesarios!
La óptima inclusión requiere recursos.
Soy madre de mellizos con autismo y formo parte de la Asociación Navarra de Autismo. El 3 de octubre celebramos el Día Europeo del autismo. Un día que desde la ANA convertimos en una fiesta para sensibilizar, concienciar, derribar mitos, “pellizcar corazones” y hacer más visible el autismo. Las familias que convivimos con él, nos topamos con situaciones muy difíciles. En ocasiones se nos considera parte del problema. En otras, no se nos incluye para buscar una solución. El perjudicado siempre es el menor.
En el ámbito educativo, el no tener formación en autismo tiene una consecuencia directa: se actúa como si no existiese. Esto pone a nuestros hijos en una total indefensión, dificultando su inclusión social y favoreciendo un injusto fracaso escolar. Les pondré un ejemplo, esta semana, uno de mis hijos. Tiene 7 años. Acude al mismo colegio público ordinario desde los tres y ahora cursa segundo de primaria. Desde el inicio de su escolarización se conoce su diagnóstico dentro del Trastorno del Espectro Autista y además tiene una dificultad añadida, lleva una prótesis en el ojo derecho. Sólo disfruta de diez sesiones (no horas) semanales (¡compartidas!) de PT (profesora terapéutica). La misma cantidad de sesiones desde educación infantil. Recibe en el patio del colegio un pelotazo de baloncesto en la cara. El golpe es fuerte, llora y pide a otro niño (también con necesidades especiales) que lo abrace. Ningún niño buscó al profesor del recreo asignado. Después mi hijo se quita la prótesis en pleno recreo (porque le molestaba) y aunque primero la guarda en el bolsillo, luego (suponemos, porque le preguntan) acaba mostrándola a sus compañeros. Esto genera que algunos niños se asusten, griten, lloren (como es esperable). Entonces un niño de quinto entra al edificio escolar a buscar algún profesor (¿no había ninguno en el patio?). Su PT lo escucha y sale corriendo “al rescate”. El tema del día en el comedor fue lo sucedido y al día siguiente mi hijo pasó a ser “el niño-zombie”. Colocarle la prótesis no está entre las funciones de los profesores, monitores ni personal del comedor. Coincidimos en que es función de un cuidador pero, ¿qué hacemos si desde Educación no se lo asignan porque (lo peor) no lo ven necesario? Pero además los recreos están vacíos de contenido. Existen niños que necesitan el rato del recreo para disfrutar de un tiempo libre no dirigido, pero para un niño con autismo (y para otros niños neurotípicos) el tiempo no estructurado es destructivo. Es un tiempo en que se sienten perdidos además de ser la semilla de un posible “bulling” en la adolescencia.
Este tiempo del recreo es un escenario fantástico para fortalecer la inclusión y evitar el aislamiento de los niños con menores habilidades sociales, e incluir juegos de colaboración. A los niños con autismo les gusta jugar, disfrutan, se ríen, comparten. Con el apoyo adecuado aprenden diferentes juegos y después esos apoyos se van retirando. El juego involucra a la persona entera: sus emociones, su cuerpo, sus inteligencias, su imaginación y creatividad. Ayuda a entrenar habilidades personales y colectivas. Potencia a los niños que juegan para ser más dialogantes, creativos.
Desde ANA entendemos imprescindible valorar un plan de intervención educativo atendiendo a las distintas necesidades para la convivencia y desde una perspectiva inclusiva real. Eso significa más apoyos). No olvidemos: «No importa la magnitud de nuestros obstáculos, sino el tamaño de la motivación que tengamos para superarlos.»
Victoria Perales
(Secretaria de la Junta de la Asociación Navarra de Autismo)
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