Los peques con autismo tienen especial dificultad para jugar los «juegos habituales»: al fútbol, a pillar, al balón prisionero. En la Escuela de verano hemos hecho especial hincapié en trabajar con ellos habilidades para poder jugar y que luego en el recreo del cole puedan incorporarse a disfrutar de los típicos juegos de sus compañeros. Todo un lujo es tener a tres personas enseñando a Mario a tirar la pelota. Pero así ha sido la escuela de verano para todos los peques, un auténtico lujo.

http://youtu.be/C44UqX_Ho4Y