Las dietas libres de gluten y caseina están dentro de un campo complicado, ya que no existe evidencia definitiva de que funcionen estas terapias de dietas y suplementos. Yo siempre me baso en la investigación científica, ya que es lo que nos asegura que estemos implementando terapias que sirvan para que mejoren los niños con un diagnóstico de trastorno del espectro autista.

A día de hoy hay mucha investigación sobre las dietas que retiran el gluten y la caseína a los niños con autismo…ninguna da resultados suficientemente positivos como para justificar el gasto que se hace. Las investigaciones que arrojan resultados positivos no suelen estar bien hechas (tendrían que tener un grupo de control de las mismas características que el grupo experimental, al que no se le de la dieta, y sin tener otro tipo de terapia que pueda dar cuenta de que las mejoras se deban a la dieta). Lo cierto es que la mayor parte de familias que se decantan por este tipo de terapias alternativas, lo hacen a ciegas. Realmente parecería que evaluar si algo a nivel orgánico mejora o no, después de una quitar alimentos que proveen con ciertos nutrientes, y dar otros nutrientes por medio de suplementos, parecería fácil (analíticas), sin embargo no lo es. También hay que partir del hecho que no está probado que los metales y las sustancias que se dice que intoxican el organísmo de niños con autismo, les cause la sintomatología propia del autismo… son hipótesis que, aunque puedan parecer factibles, no han sido probadas científicamente.

Con esto no quiero decir que no sea cierto, sino que no ha sido probado. Lo que sí es cierto, es que una terapia debe medirse contraponiendo el coste económico y ecológico (esfuerzo a nivel familiar, de organización, de tiempo, desgaste emocional) a los beneficios que la misma aporta a la persona. Así que si una terapia es muy costosa a nivel económico y a nivel ecológico, y no aporta beneficios valiosos, debería descartarse.

En el campo científico, se habla que a veces las terapias alternativas (hay muchísimas y se les llama alternativas porque no tienen evidencia científica que las soporte) tienen un beneficio comparable al que tendrían en la población general y que no necesariamente son específicas para personas con alguna discapacidad, ya que no tienen efectos específicos en la sintomatología propia de la discapacidad. Así, en el caso de terapias para personas con autismo, deberían mejorar las áreas de comunicación, socialización y flexibilidad.

Algunas terapias alternativas, como pueden ser la hidroterapia (terapia en la piscina), la equinoterapia (terapia con caballos), pueden producir relajación, gusto, fortalecimiento muscular, y otros, como lo harían en la población en general, y eso puede beneficiar también a una persona con autismo, pero no mejoran directamente la comunicación, socialización y flexibilidad; de hecho, suelen utilizarse simplemente como terapias complementarias a modo de ocio. Y en ese sentido están bien utilizadas.

En el caso de las terapias de dietas, y en concreto la del gluten y la caseína, se puede considerar que la mejora que se observa en la población de niños con autismo a la que se aplica dichas dietas, es comparable a la mejora que se observaría en la población en general. La hipótesis detrás de ese porcentaje de mejora es que un porcentaje (comparable al de la población en general) de niños con autismo puede sufrir de intolerancia al gluten y la caseína, y al mejorar su estado físico, mejoran también su estado anímico y psicológico. Esa hipótesis es la que se maneja a nivel científico en cuanto a la terapia del gluten y la caseína.

Adjunto el último artículo de revisión sobre las terapias de dieta de gluten y caseína en niños con autismo. Es un artículo que revisa todos los artículos científicos que han estudiado este tema, y escoje los que están mejor hechos (tienen grupo de control, etc.) y los analiza. Las conclusiones son las mismas: que el coste familiar no se justifica, dado que los resultados no son significativamente positivos.

GFCF diet ASD

Carmen Gándara

Psico-pedagoga y profesora investigadora de la Universidad de Navarra